El cerebro de todos lo seres humanos desarrolla diversas actividades mentales complejas las cuales son necesarias para organizar, planificar, guiar, revisar, regular y evaluar comportamientos, con los que nos adaptamos al entorno para lograr alcanzar diversos fines; este conjunto de habilidades cognitivas implicadas en el razonamiento son las funciones ejecutivas.
Estas funciones son las que nos llevan a alcanzar un objetivo, al tener una alteración en estos procesos podremos tener problemas para realizar acciones en nuestra vida diaria. Por ejemplo estas funciones nos sirven para al levantarnos por la mañana, organizar el día, ver que voy a hacer ahora y que haré más tarde, cuánto tiempo tardaré en hacer cada cosa, o modificar mi plan y cambiar de estrategia para realizar mis tareas del día. Alguien con alteraciones en las funciones ejecutivas no lograría realizar estas tareas o al menos no de forma eficiente.
Algo tan común como llegar puntual al trabajo, quedar para ir a ver una película o reunirse con los amigos, implica un uso adecuado de estas funciones. Si fallan, nuestra conducta no será eficaz y los planes y metas no se cumplirán como se esperaba.
Aparte de esto, la principal capacidad de las funciones ejecutivas es la habilidad temporal de organizar el comportamiento, el lenguaje y el razonamiento. Y como se ha mencionado, estas habilidades nos permiten resolver problemas ya sea internos (relacionan con lo afectivo, cognitivo y emotivo) como externos (la interacción del individuo con su ambiente social o cultural).
Dentro de las funciones ejecutivas encontramos varios procesos como:
Memoria de trabajo. Es la capacidad de almacenar y procesar temporalmente información. Es un espacio en el que información específica se encuentra disponible para manipularla y transformarla durante un periodo particular de tiempo. Por ejemplo cuando recordamos datos que se han dicho en una junta de trabajo y los retomamos para dar una opinión.
Razonamiento. Es la habilidad que nos permite solucionar todo tipo de problemas de manera consciente identificando causas y consecuencias. Por ejemplo: una persona no esta llegando a trabajar puntual. Consecuencia, afecta su desempeño. Causa, duerme muy tarde. Solución, debe dejar de desvelarse.
Planificación. Es la capacidad de crear objetivos, desarrollar planes de acción para alcanzarlos y elegir el más adecuado basándose en el análisis de las consecuencias. Un ejemplo común es cuando se debe entregar un proyecto y hay que organizar tiempos para terminarlo en la fecha establecida.(Revisa aquí: Rutinas para niños en casa)
Inhibición de la respuesta. Es la capacidad de discriminar los impulsos o la información menos importante, ya sea interna o externa, al realizar una tarea. El clásico pensar antes de hablar.
Flexibilidad cognitiva. Es la habilidad que permite realizar cambios en algo que ya estaba previamente planeado, logrando adaptarnos a las circunstancias del entorno. Por ejemplo hoy se fue la luz en el salón de clases, habrá que modificar las tareas del día de acuerdo a lo que tenemos disponible.
Toma de decisiones. Es un proceso que realiza una elección entre varias alternativas de acuerdo a las necesidades que presentamos. Cuando vamos a viajar elegimos el traslado que tarde menos tiempo o tenga menos escalas o simplemente sea más barato.
Estimación temporal. Se dice la capacidad de calcular de forma aproximada el paso del tiempo y la duración de un suceso o actividad. Por ejemplo calcular qué hora es sin ver el reloj o estimar cuánto tardare en preparar la comida para que este lista a tiempo.
Ejecución dual (shifting). Es la habilidad de realizar dos tareas al mismo tiempo (tareas de diferente tipo), prestando a ambas atención constante. Por ejemplo escuchar una entrevista y tomar notas.
Todos estos procesos tienen como base un buen control de la atención y el comportamiento, de acuerdo a como utilizamos la atención y nos comportamos en diversas situaciones es la manera en la que estamos gestionando nuestras funciones ejecutivas.( Sigue leyendo más sobre: 5 juegos divertidos para mejorar la atención.)
De acuerdo a diversos autores las funciones ejecutivas continuan desarrollándose a los 18, 20 o hasta 30 años de edad, y el período de más grande del desarrollo de la función ejecutiva ocurre entre los seis y los ocho años; como menciona la autora Paula Moraine "Las funciones ejecutivas requieren un tiempo para establecerse, desarrollarse y madurar por lo que es importante tener una visión a largo plazo." ( Ver aquí el libro: Las Funciones Ejecutivas del Estudiante, Paula Moraine)
Más existen trastornos del neurodesarrollo en donde se llegan a ver afectadas estas funciones como en:
Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH)
Trastornos del aprendizaje
Trastorno autista (TEA)
Síndrome de déficit de atención, del control motor y de la percepción
Síndrome de Tourette
Síndrome desintegrativo
Depresión
Trastorno obsesivo compulsivo
Trastornos de la conducta
Trastorno explosivo intermitente
¿Qué puedo hacer para mejorar mis funciones ejecutivas?
Se puede "entrenar" el cerebro para conseguir una mayor eficiencia en los problemas a los que enfrentemos, esto gracias a la neuroplasticidad del cerebro. La ciencia ha mostrado que la experiencia y el aprendizaje modifican y facilitan la aparición de nuevas conexiones neuronales, mejorando entonces el desempeño de tareas en la vida cotidiana.
Entrenar las habilidades cognitivas para obtener un mejor desempeño de las funciones ejecutivas, no sólo beneficia a niños, adolescentes o adultos con problemas de aprendizaje, TDAH o dislexia, sino a cualquier persona de cualquier edad que quiera mejorar sus funciones cognitivas.
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