El autismo es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente:
la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.
En la actualidad, no está determinada la causa que explique la aparición del TEA, pero sí la fuerte implicación genética en su origen, es decir si en la familia existe una persona neurodivergente lo más probable es que exista alguna otra más.
No hay dos personas autistas iguales; dependerá de su propio desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, así como de si presenta o no discapacidad intelectual asociada y también de su nivel de desarrollo del lenguaje.
ATENCIÓN: el autismo no va ligado a una discapacidad intelectual o retraso global en el desarrollo.
"El autismo tiene un patrón de comportamiento y un nivel de gravedad únicos en cada persona"
Las descripciones y caracterizaciones que los médicos, psicólogos y psiquiatras han hecho del Autismo partieron de un modelo masculino generando así un sesgo de género/sexo en la investigación y, en consecuencia, un modelo androcéntrico del autismo, no considerando las posibles diferencias debido al género.
Dada la prevalencia mayoritariamente masculina del autismo, los estudios tendieron a invisibilizar a las mujeres y niñas que se encuentran en esta condición, es decir, debido a que el autismo se ha considerado tradicionalmente como un trastorno que mayoritariamente afecta a los hombres (Gould y Ashton-Smith, 2011), existe un importante vacío de conocimiento sobre cómo se presenta esta condición en el caso de las niñas y mujeres y cómo impacta en su calidad de vida.
Muchas mujeres en el espectro del autismo encuentran dificultades importantes hasta que logran ser identificadas y obtener un diagnóstico preciso. A menudo, la confirmación diagnóstica para ellas se retrasa significativamente más que en el caso de los hombres. Además, las niñas y mujeres reciben más frecuentemente diagnósticos equivocados o alternativos al autismo.
Se creía que el autismo en mujeres se presentaba de 4 a 1, pero estudios actuales han demostrado que la incidencia es en realidad de 1 a 1, es decir que la incidencia es la misma que en los varones, simplemente que los síntomas eran percibido como "normales" en la niñas a causa de las expectativas de género de comportamiento de las mujeres, "los estereotipos".
Por ejemplo:
Una niña: Un niño:
-callada -con los mismos síntomas
-tranquila
-emocional
-llorona
-nerviosa
-introvertida
-pasiva
No se cuestiona "es normal" / Sus comportamientos llaman la atención y este se deriva a especialista.
Además, las niñas pueden ser más propensas y eficaces que los niños para enmascarar o “camuflar” sus dificultades (Lai et al., 2017). Este "masking" o camuflaje social se presenta especialmente en mujeres a causa de estos comportamientos esperados socialmente de ellas, lo que lleva a desarrollar otras afectaciones como el desgaste emocional y cognitivo, y episodios depresivos y ansiosos, lo cual es una razon más para obtener un mal diagnóstico.
Las pruebas utilizadas están dirigidas a población masculina por lo que a las mujeres se les descarta a causa de presentar sintomatología diferente por su género como:
un alto nivel cognitivo, aprendizaje rápido, aprender a leer solas o intereses profundos más aceptados como la lectura y la música.
Este sesgo de género en la valoración diagnóstica, predispone a los profesionales a identificar otro tipo de trastornos en el caso de las mujeres (Gould y Ashton-Smith, 2011). Por tanto, típicamente se buscan explicaciones alternativas a las dificultades socio-comunicativas que presentan ellas, provocando que muchos diagnósticos de autismo en mujeres se hayan pasado por alto.
A pesar de que este es un ámbito de investigación emergente, apenas se han identificado protocolos específicos que contemplen las diferencias de género para la realización del diagnóstico en niñas, niños, mujeres y hombres. Para corregir las desigualdades de género que comportan los procesos de detección y diagnóstico del autismo, es imprescindible generar conocimiento y promover buenas prácticas profesionales que incorporen específicamente estos aspectos y que beneficien de manera especial a las niñas y mujeres.
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Bibliografía:
Recomendaciones para la detección y el diagnóstico del trastorno del espectro del autismo en niñas y mujeres. Cristina Hernández Layna, María Verde Cagiao, Ruth Vidriales Fernández, Marta Plaza Sanz, Cristina Gutiérrez Ruiz.
XI Jornadas científicas internacionales de investigación sobre personas con discapacidad- Salamanca 2022.
Mujer yAutismo: Detrás del espejo. Mg. Patricia Salguero
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