Por Bego Lozano Monjarás.
¿Cómo es ser una mujer en la ciencia y la tecnología? probablemente similar a lo que es la mujer en el deporte o la mujer en cargos de poder. Solo puedo hablar por mi propia experiencia, pero dudo que no sea algo que experimentan las mujeres todos los días en ámbitos de trabajo competitivos donde los referentes universales estereotípicamente siempre han sido hombres.
Cuando metes tu primer gol te dicen “¡Guau tal como Messi!”, tu 10 en matemáticas, “¡Que inteligente Einstein!”, así que cuando eliges una profesión como Ingeniería Física, como fue mi caso, muchas personas reaccionan con extrañeza y cuando entras por primera vez al salón clase y notas que el 90% de los asistentes son hombres, hay que tener algo en ti para no sentirse fuera de lugar.
¿Pero qué es ese algo? podría llamarlo ignorancia, pero una ignorancia favorable, podría decirse que yo nunca aprendí que gustar de la ciencia y el deporte era “para hombres”. Mis papás me dieron microscopios, balones de futbol y pistas de carritos cuando era niña, y ¿por qué? porque me gustaban, nunca me dijeron que tenía que jugar a la cocinita o cambiar pañales de bebes de plástico si no quería. Así que incluso cuando después elegí estudiar una maestría en Programación y Tecnologías de la Información, para ellos nunca hubo sorpresa alguna y yo nunca me sentí incapaz de las tareas que estas profesiones conllevaban.
Es un hallazgo común en estudios sobre la educación el sobresaliente desempeño académico del género femenino sobre su contraparte masculina, este se extiende tanto a materias de lenguaje como de matemáticas y ciencias. Entonces, ¿Porque sólo 2 de cada 10 ingenieros son mujeres en México, y a nivel global sólo 3 de cada 10 puestos de investigación son ocupados por mujeres?. La revista Science público un estudio en el que observo como los niños y niñas que están expuestos desde una edad temprana al estereotipo de que la brillantez es una cualidad masculina, modelan sus intereses de una manera que reduce el rango de carreras que algún día llegaran a contemplar. Esto provoca que desde los 6 años las niñas empiecen a evadir actividades que ellas suponen son para hombres muy brillantes.
Tener una educación que te da la libertad de explorar y descubrir tus habilidades y gustos sin predisposiciones de género, te forja una mentalidad sin limitaciones donde puedes tener curiosidad y ser exitosa en cualquiera que sea la actividad que desees realizar. Te ayuda a construir la confianza para levantar la mano en clase y hacer preguntas, para aplicar a ese trabajo tan competitivo que te gusta o para pedirle a Santa unos Legos en lugar de una Barbie.
Construir esa seguridad en las capacidades de una misma es determinante para el desarrollo dentro de una carrera en los sectores de ciencia y tecnología, ya que habrá muchas veces que no solo toque hacer preguntas, si no corregir a los demás e incluso otras donde toque equivocarse y volverlo a intentar, y ¿Que no es esto la base pura del método científico?. Como lo dijo Reshma Saujani fundadora de la organización Girls Who Code, “hay que enseñar a las niñas a ser valientes no perfectas”. Es por eso que es importante que las mujeres sepamos desde niñas, que no solo tenemos la capacidad de destacar sobre los demás si no el derecho a tomar riesgos y aceptar retos, a equivocarnos y aprender como cualquier otra persona.
En estos tiempos todavía existe mucha resistencia que pone en duda la competencia de la mujer, como cuando le dan importancia a nuestro aspecto físico en una profesión donde es irrelevante, cuando no somos consideradas en actividades extra curriculares, cuando se asume con frecuencia que necesitamos ayuda en nuestro trabajo sin que la hallamos solicitado, cuando hay hombres que se desenvuelven en su posición sin ningún cuestionamiento pero nosotras tenemos que mantener un perfil impecable para que no se cuestionen nuestras capacidades.
En mi carrera profesional no ha sido raro encontrarme con este tipo de percepciones y comportamientos que lo único que hacen es contribuir a consecuencias como la brecha salarial o la falta de representación de las mujeres en juntas de directivos y carreras STEM. Sin embargo, es alentador como tanto las grandes empresas como individuos se están sumando para corregir el daño que estos conceptos erróneos le han hecho al desarrollo de la mujer en la ciencia y tecnología, y por consiguiente han desarrollado estrategias para impulsar un sistema inclusivo y con igualdad de oportunidades educativas y laborales. Estos nuevos esquemas no solo son conscientes de que el mundo necesita de una sociedad igualitaria, si no también de que las mujeres son clave para la economía y el desarrollo competitivo de cualquier país. Toma nota de que, si las mujeres participaran en la misma proporción que los hombres en carreras STEM, el ingreso per cápita en México sería 22% más alto, así que ya va siendo hora de que entendamos que los prejuicios y estereotipos de género nos dañan a todos. Está en cada una de nosotras y nosotros impulsar y apoyar ese algo en nuestras niñas, así que si es que tienes una futbolista en casa, háblale de Marta Vieira de Silva, si tienes una investigadora háblale de Marie Curie, si le interesa la tecnología preséntale a Ada Lovelace, y ¿Porque no? si le gustan las muñecas explícale como Barbie también es Astronauta.
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